lunes, 13 de octubre de 2014

Orígenes de la imprenta. Todos unidos imprimiremos.

Por algún motivo me parece que mediados de octubre es una buena época para traer a la memoria colectiva a un polémico impresor renacentista, al que no se discute más solo porque se lo ignora. Esto no es casual. Durante mucho tiempo se prohibió incluso la mención de su nombre, en la creencia —en algún punto fundada— de que lo que no se nombra no existe. No contaban con que a la pretensión de algunos pocos malintencionados, la vence la voluntad de muchos.
Se discute cuán muchos o cuán pocos. No me atrevo a dilucidar aquí tal incógnita, pero de que existió, conquistó el corazón de los impresores, fue reprimido, olvidado y hoy recordado por pocos, no me caben dudas.
Queda a criterio del lector decidir si estas viejas antinomias venecianas siguen vigentes.
No es mi función jugarme y tomar partido. A lo sumo juego partidos y tomo (pero nunca al mismo tiempo porque le pifio a la pelota).