martes, 21 de julio de 2015

De la historia se baja por atrás

Ya me veo venir las críticas. ¡anacronismo!, ¡anamorfosis!, ¡anaximandro! (lo que pasa es que las veo venir desde muy lejos y no las distingo bien).
Otros, los puristas ortográficos, dirán “línea” va con tilde. Pero la enormísima mayoría no criticará (más por indiferencia que por tolerancia).
Alguien catalogó al fútbol como “pasión de multitudes". Parafraseándolo muy libremente puedo calificar a mis informes como “leve simpatía de cuatro o cinco siempre y cuando no tengan otras cosas que hacer”, pero lo mío es sacerdocio (quiero que me mantenga el Estado, porque nunca me gustó trabajar).
Pero volvamos a nuestro héroe, desacreditado por la academia, pero especialmente por el banco, que le retiró la tarjeta (aunque conservó la Sube).
Tal vez lo mío es utópico, pero como dijera Tomás Moro, chofer de la línea 22, en “el fondo hay no-lugar”.