martes, 26 de julio de 2011

Otro trastorno tipográfico/alimenticio del que no se habla

Un nuevo informe de Karl Sepúlveda nos abre los ojos ante una dolencia que ha aquejado a muchos tipógrafos a lo largo de la historia. En este caso introducimos la tipofagia, trastorno más común de lo que se cree.

miércoles, 20 de julio de 2011

Quienes luchan toda la vida son los imprescindibles

Héroes eran los de antes, pero la ausencia de los potentes medios de comunicación e incomunicación actuales han logrado que alguien que hubiera sido célebre durante una semana en todo el mundo, hoy sea apenas un olvidado más de aquel imperio de nerones y julios césares que el colegio trata infructuosamente de inculcarnos.
Agradezco a Deyna por hacernos conocer a Duilio.

martes, 12 de julio de 2011

Oriente milenario y el Type Chi

Suele decirse que todo se hizo antes en Oriente. Algo así como los Simpsons de la historia. Sin embargo Oriente y Occidente se han imbricado notoriamente. Hoy en todo el mundo podemos disfrutar tanto de la brújula como del papel, del chop suey así como del chino Benítez, de la pólvora, los fuegos artificiales tanto como de Tom Cruise en “El último Samurai”.
Ya a esta altura no descubro nada si digo que en Oriente se imprimía con tipos móviles muchos siglos antes de Gutenberg, pero poco se sabe del constante conflicto entre impresores y calígrafos, que prefiguraba un conflicto similar en la Europa del siglo 15.
Mucho menos aún se sabe de las técnicas de defensa de los primeros impresores, de la prehistoria de las artes gráficas chinas, vinculadas a las artes marciales.
Valga este muy sucinto informe para empezar descorrer el velo de un supuesto idílico pasado y ver cómo eran las cosas en realidad.
Si el influyente gobierno chino no me reprime yo seguiré contando las verdades cual solitario opositor en Tian an Men parado frente a un tanque (aunque en mi caso es un tanque de agua, y la protesta es contra Obras Sanitarias de la Nación por una pérdida en un caño que llega a casa y una mancha de humedad que crece, como crece la necesidad del conocimiento) y la gota irá horadando la pétrea resistencia de quienes se creen dueños de la verdad hasta hacerles saber que no toleramos más dogmatismos, especialmente viniendo de gobiernos con fuertes componentes autoritarios, o administradores de consorcio que hacen oídos sordos a los justos reclamos.
Me dicen que Obras Sanitarias de la Nación ya no existe. ¡Más motivos para estar indignado! Hemos perdido una nueva empresa estatal en manos de los monopolios orientales. Estemos atentos porque, parafraseando a Martin Niemöller, “ayer se llevaron las telefónicas y no protesté porque soy de llamar poco, hoy no se llevaron nada porque cuando vinieron era casi de noche y ya no daba, pero mañana nos gobernará Enzo Francescoli y ya será tarde”.


miércoles, 6 de julio de 2011

Vidas terribles

A veces nos quejamos porque creemos que tenemos problemas, sin embargo desconocemos lo que nuestro vecino carga sobre sus hombros. Deyna vuelve a rescatar a un anónimo sufriente. En este caso se trata de Ignacio Rutheford, un próspero comerciante londinense.

martes, 5 de julio de 2011

Para toda la familia tipográfica

Para los que tienen mucho frío para ir al cine en estas vacaciones, también la televisión por cable tiene opciones. Una tierna historia acerca de un perro y su dueño. Los que creemos en que el amor supera cualquier diferencia disfrutamos enormemente de esta versión de un clásico que se ha acurrucado en los cálidos rincones de nuestro pasado. La semana que viene en Venus.

domingo, 3 de julio de 2011

Sobre la construcción de la realidad

Me han preguntado cuándo empecé a darme cuenta de la necesidad de desconfiar de la realidad tal como se nos presenta. Si tengo que elegir un momento acude a mi memoria una mañana en el barrio de mi infancia.
“Todo lo que hay aquí debe ser tomado con pinzas”, me dijo Isabel, la mujer que —involuntariamente— me introdujo en el escepticismo.
Isabel, la dueña de la panadería, era muy estricta con las normas de higiene.
“Escéptica”, decía yo.
“Aséptica”, decía ella.
“Muy caras las medialunas”, decía Rosaura Maturana, clienta habitual de La Rosa de Gdansk.
Paradójicamente, Isabel instaló en mí el germen de la desconfianza. Muchos años después pude confirmar —no sin horror— que muchos de los verdaderos protagonistas de la historia han sido sustituidos por próceres y celebridades. No les quito sus méritos, pero me resisto a considerarlos los motores de la historia. Dejemos espacio para los olvidados, los desconocidos y los anónimos.