miércoles, 7 de diciembre de 2011

El eterno misterio de los jeroglíficos

Me han preguntado sobre Heribert Battaglia (por teléfono, nadie parece estar interesado en preguntar por Facebook, o por este mismo blog, que para eso está, aunque no quiero que suene a reproche, porque después de todo cada uno hace de su vida lo que quiere y yo no soy quien para imponer mis pretensiones acerca de vías de comunicación posibles para acceder al conocimiento, que es de lo que en definitiva se trata todo esto).
Sirva esta pequeña semblanza para recordar a una de las mentes privilegiadas que nos ha dado el siglo 20. Heribert evita el camino fácil de la lectura y el estudio, privilegiando el descubrimiento. Heribert prefirió la posibilidad del error a la comodidad de la investigación, la incertidumbre creativa a la certeza de la repetición.
Hay datos que atribuyen a Battaglia –también– la invención de la imprenta de tipos móviles en 1966. Pero ya sabemos cómo funciona esta cultura del triunfalismo: la gloria es para el que llega primero, y el segundo es olvidado.
Vaya desde aquí mi homenaje a uno de los grandes del conocimiento.



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