Por esos años en que los góticos pasaban a cuarteles de invierno, y los renacentistas se sacudían la modorra medieval, Typoszniek Magaszine –siempre presente– reflejaba esa combinación de euforia y redescubrimiento, combinada con las fuertes represiones monásticas residuales.
Pero convengamos en que siempre el escándalo y el sexo han sido buenos vendedores.
Con la salida de los años oscuros las mujeres comenzaron a liberarse. La clave era parecerse a los cuerpos clásicos del pasado grecorromano, y así las portadas de las publicaciones empezaron a poblarse de tobillos, codos, axilas y páncreas.
Los primeros desnudos causaron gran conmoción, y tal vez uno de los más recordados fue el de Rosalía Pacioli, hermana de Luca.
Los críticos explotaron: “¡Se escudan en el diseño y las matemáticas para mostrar senos y hasta cosenos!”, y al grito de “¡Pornografía! ¡pornografía!” corrían al kiosco a adquirir su ejemplar.
A excepción, claro está, del mismísimo Fray Luca, que –dada su condición de religioso–, enviaba a algún niño a hacerlo por él.
Tal vez esta tampoco fue la etapa de oro de Typoszniek Magaszine, pero es mi deber dar a conocer lo que tengo. Disfrutad entonces del “número prohibido” de TM.
Gunther... Fabuloso hallazgo el suyo, digno de la más rigurosa arqueología tipográfica!
ResponderEliminarPor supuesto, el rigor ante todo, muchas gracias
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