Quienes dicen que no hay nada nuevo bajo el sol carecen de información.
Hay casos con todos los condimentos para haber sido
trend topic tan solo
si twitter hubiera existido en aquel entonces. Sin embargo el olvido, las
urgencias y la precariedad de las redes sociales del momento nos
distrajeron de un caso asombroso que la ciencia no logra explicar, y la
fe ni se molesta, porque total para qué.
Digno de
discoveries channels o diarios
Crónica, este caso no ha pasado
al olvido, sencillamente no fue registrado por casi nadie.
Es por eso que me permito rescatarlo para los lectores en esta ocasión.
Suspended la incredulidad por un rato y enteráos de una anécdota que pudo haber cambiado la historia de la tipografía.
No pude terminar de leerlo y salí corriendo. Ahora, repuesto ya la emoción primitiva, lo saludo respetuosamente suyo.
ResponderEliminarA mí a veces me asombra mi poca capacidad de asombro. Otras veces no.
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