miércoles, 4 de diciembre de 2013

Domenico Felice y los entretelones del Renacimiento italiano

Como aquel que lucha por su derecho a ocupar un lugar, y ni bien llega se preocupa de cerrar las puertas a otros que luchan por el mismo derecho...
Como el hijo de inmigrantes que culpa de todos los males a los nuevos inmigrantes, porque inmigrantes eran los de antes...
Tal vez porque la empatía desafía a las leyes del mercado, ya que su escasez no aumenta su valor...
En una de esas porque cuesta mucho reconocer al otro como un igual...
Quizá porque tenía necesidad de usar puntos suspensivos y no encontraba una buena excusa...
A lo nuestro...
Dicen que Aldo Manuzio era una persona difícil. Los más audaces interpretan que debe haber sufrido mucho de niño en la escuela por las rimas fáciles de su apellido.
Pero sean cuales fueren los motivos, Aldo solía referirse despectivamente a gente como Felice, vociferando “¡desde que inventaron la imprenta cualquier gile* edita un libro!”.
Felice parecía hacer oídos sordos pero probablemente era herido por cada comentario de alguien que era considerado un referente de la época.
Se dice que era tal la admiración que Felice sentía por Manuzio que lo seguía por las calles de Venecia (munido apenas de un snorkel) sin atreverse a hablarle.
Si acaso hubieran podido conversar, Domenico hubiera comprendido que Aldo era una persona común y corriente, y no un dios del Olimpo editorial, inaccesible y lejano pontificando desde su erudición incomparable. Y tal vez Aldo hubiera admitido que Domenico no era necesariamente el ser incapaz de articular dos ideas, el imbécil que suponía, sino apenas un hombre que busca el reconocimiento y afecto de los demás a través de su trabajo (pero incapaz de articular dos ideas y algo imbécil).
Tal vez el encono de Aldo Manuzio —vanidoso, recordemos aquí— sencillamente se debía a que no admitía la competencia.
Pero lo cierto es que no lo sabemos, porque cuando volvemos a buscarlo, el pasado nunca está donde creíamos haberlo dejado.

* gil


No hay comentarios:

Publicar un comentario